Reportan en Yucatán rezagos en estudios mentales.
La fuerte carga moral que tienen los trastornos mentales severos entre la población ha impedido conocer con exactitud qué tanto afectan a los yucatecos, así como la relación que tienen con la violencia intrafamiliar y los altos índices de suicidio.
El maestro investigador en psiquiatría y doctor en problemas sociales por la Universidad de Granada en España, Paulino Dzib Aguilar, indicó en entrevista para Notimex que en Yucatán, al igual que en el país, no existen estudios confiables sobre los casos de personas que padecen trastornos mentales.
“El último estudio que se conoce data de 2015, en el que el Centro de Investigaciones Hideyo Noguchi de la Universidad Autónoma de Yucatán hizo un monitoreo de los casos que llegaron a ser tratados clínicamente, y en donde se observó que existe una predisposición genética entre los yucatecos a la psicosis”, explicó.
Ese espectro de información permite observar cuales son los trastornos mentales más comunes o relacionados con la línea genética, pero no se acerca a la cifra real de casos que existen entre la población, lo que impide dar el tratamiento y la atención que requieren.
El principal problema para conocer la realidad es la fuerte carga moral relacionada con estos casos, ya que los familiares suelen ocultar indicios o manifestaciones más claras, “por el clásico miedo al qué dirán”.
Además, añadió el especialista, existe una prevalente cultura de la normalización de la violencia dentro del hogar, en especial en las comunidades rurales, en donde aún se toleran agresiones físicas entre conyugues o familiares, y solo se sabe de los casos cuando se convierten en tragedia.
“Cuando leemos en los medios que un hombre acuchilló en una plaza pública a una mujer o la mató porque lo quería dejar, cuando un familiar mata a otro en un arranque de ira, es cuando el caso se conoce y entra al debate de la opinión pública”, de otra manera, nunca se hubiera sabido.
De igual forma, explicó que los trastornos mentales y su tratamiento aún están ligados a mitos y cargas moralizantes, incluso en casos comunes como la depresión, que es una enfermedad mental de la que se habla mucho, pero por la que todavía no se hace lo suficiente.
“Yucatán, por ejemplo, es uno de los estados con mayores niveles de suicidio entre su población”, pues en 2018 hubo 246 suicidios, un máximo histórico incluso cinco veces mayor al número de homicidios dolosos que tuvo la entidad durante el mismo año.