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LOS COLORIDOS GLOBOS DE PABLO

 






A los 12 años en la ciudad de México inició vendiendo globos, llegó a Coatzacoalcos y aquí se instaló
Pablo Castro Guzmán, es un globero de antaño, se distingue entre los vendedores de helados, elotes y de las personas que llegan al parque Independencia de Coatzacoalcos.
Siempre está rodeado de globos de todos los colores y formas posibles, grandes, chicos, vistosos, raros, todos originales y ninguno parecido al otro.
Es originario de Tehuacán, Puebla , un hombre robusto de tez morena, con arrugas visibles en su rostro y manos, con su cabello encanecido, y con una gran sonrisa en el rostro, dice:
—Me llamo Pablo Castro Guzmán, tengo 64 años y llevo más de 54 años dedicándome a la venta de globos —
Un señor de la tercera edad que día a día repite su rutina, a partir de las 6 de la mañana que su despertador suena, se levanta a alistar su carrito para poder salir a ganarse el pan de cada día.
Todas las mañanas coloca aproximadamente 100 piezas de globos e inflables, que ofrece amablemente a los niños y familias que recorren el parque Independencia, desde las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche que se retira a su casa.
Con tan solo 10 años de edad comenzó a vender globos a un peso en las calles de México debido a que trabajaba en el Parque Chapultepec.
—De allá aprendí y llegué vendiendo a Puebla, Orizaba, Córdoba y Tabasco, hasta que llegué a Coatzacoalcos y con el calorcito decidí quedarme a radicar en este puerto y de pasar recorriendo las calles, me fije en un solo lugar— expresó el vendedor de globos.
—No estudié y anteriormente era más fácil conseguir trabajo en cualquier lugar. Mi vida cambió cuando entré a trabajar a Nescafé México, duré siete años en la empresa. Un día al checar mis papeles y ver qué no tenía estudios, me corrieron y me quedé sin trabajo — comentó respecto al porqué había regresado como vendedor ambulante.
Dejando atrás el trabajo que siete años lo habían ayudado a mantenerse, y con la necesidad de conseguir dinero, el señor Castro regresa a las avenidas a vender globos, aquellos que desde pequeño marcaron su infancia.
A raíz del recorte en la empresa Nescafé México, y después de un largo recorrido por varias ciudades, don Pablo llega al Puerto de Coatzacoalcos, ciudad que lo acogió y en la cual lleva 46 años viviendo.
—Cuando llegué a Coatzacoalcos el parque Independencia llamó mi atención, el ver la gran cantidad de personas que se reunían con su familia a pasear, y a sentarse solo un rato a relajarse. Es por ello que yo escogí este lugar como punto fijo para poder vender mis globos—, relata.
Una de las zonas más transitadas por familias y niños que buscan la diversión, ha sido por 12 años un gran punto de venta del señor Castro Guzmán.
“Desde hace 54 años mi vida ha dependido de los globos, ellos son mi sustento y lo que me ayudan a poder subsistir”, comentó.
¿Usted tiene permiso para estar trabajando aquí en el parque?
— Si, yo mensualmente pago 200 pesos, para que me permitan estar aquí vendiendo mis globos e inflables
Un hombre muy sencillo, que se encuentra en una de las bancas del parque, todos los días espera a sus clientes con sus amigos, que también son vendedores ambulantes.
Bajo el árbol buscando la mejor sombra y con una vestimenta muy sencilla, se encuentra Pablo vendiendo sus productos que van desde los 20 a 60 pesos.
Fuente; Jael Arana/ El Observador de Coatza
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